
La peculiar historia de amistad entre un pequeño ser extraterrestre abandonado y un simpático niño sigue siendo, dos décadas depués, una de las películas más tiernas y conmovedoras del cine americano "moderno". Aunque peque de sentimentalismo, "E.T." es un film sumamente entretenido que arrasó en las taquillas de todo el mundo, y que supuso la coronación de Spielberg- un joven director con alma de niño y con el talento suficiente para conquistar a los adultos- como el indiscutido rey del cine mundial. Marcó a toda una generación, y por ello, sin ser perfecta, se trata de una obra absolutamente imprescindible.
Megaéxito para toda la familia que se convirtió en todo un fenómeno social en su época, abordando un tema, el de la vida y contacto extraterrestre que el propio Steven Speilberg ya hbía acometido anteriormente desde una perspectiva más adulta con "Encuentros en la tercera fase".
Aquí el encuentro será entre dos "niños", dos personajes muy diferentes físicamente, pero con un fondo y sensibilidad común. Más allá de su categoría como fenómeno planeado con la habitual astucia de su hacedor, E.T. sobresale principalemnte por el diseño del pequeño y tierno alienígena, obra de Carlo Rambaldi y por algún momento de la historia en la cual Spielberg consigue implicar emocionalmente al espectador gracias a un tacto narrativo lleno de sensibilidad y nostalgia.

Esta historia de amistad y añoranza cuenta además con homenajes al cine ("El hombre tranquilo") y a diferentes iconos culturales propiamente americanos, como los cómics de Buck Rogers o los cartoons de Tom y Jerry. "E.T." convirtió a su crador en el cineasta más famoso e importante del momento y provocó ventas millonarias de peluches, juguetes y demás mercancia que contuviera la figura del popular extraterrestre.

Fue precisamente en esta película en la que Spielberg abandonó definitivamente el uso de Story Board. Hasta entonces, solía utilizar un amplio despliegue visual en sus producciónes (cerca de 2.500 dibujos o viñetas) para cubrir cada toma de la futura película. Pero en E.T. y con excepción de las tomas previstas para efectos especiales, que tenían perfectamente planificados los encuadres y las fuentes de luz en cada plano- Steven prefirió un método de filmación mucho más agil y espontáneo: quería llegar al set con sólo una idea general de lo que quería hacer. Un estúdio atento de su técnica y planificación revelaría, seguramente, una mayor soltura y fluidez de la cámara que en filmes anteriores, y una notable semejanza con El Color Púrpura (1985), realizado también sin story Boards.

Lo que más sorprendió al equipo de la película fue la extraña habilidad que Spielberg puso de manifiesto en el trabajo con niños. Sabía hacerles entender muy rápidemante el sentido de cada escena: les metía dentro de la historia y, al mismo tiempo, sabía dejarles libertad para improvisar, atento a los nuevos matices que la mente infantil podía descubrir en la definición del personaje.

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