Cube es una obra maestra del cine independiente dirigida por ese genio canadiense llamado Vicenzo Natali, que volvió a triunfar entre la critica con la fantástica Cypher y que aún tiene pendiente de estreno en nuestro pais la extraña Nothing. La película adquirió pronto el calificativo de film de culto, más por el boca a boca entre espectadores que por los premios que cosechó en diferentes festivales. De hecho, en la edición de Sitges de 1998 se llevó los galardones a mejor guión y mejor película. A priori la película puede generar rechazo debido a su minimalismo y esquemático desarrollo, pero el buen aficionado al cine no debe perdérsela. Natali con pocos medios recrea una atmósfera sobrecogedora e inquietante, gracias a una excepcional puesta en escena y un guión perfectamente diseñado. Parece que es el espectador quien se ha quedado encerrado en ese diabólico cubo. Pero lo más interesante de la película es que rompe de un plumazo todos los convencionalismos propios del cine comercial. En Cube, no son relevantes ni el por qué ni el cómo han llegado allí los portagonistas, sino que lo que importa es que es lo que sucede en esos habitáculos, y más en concreto, en la mente de cada persona. Otro gran acierto de Cube es que funciona como las manecillas de un reloj: de forma exacta y uniforme. El filme no tiene ningún bajón narrativo. Es más, no sobre ninguno de los diálogos, pues todos ayudan a que el espectador recree el particular cubo/mente de cada uno de los protagonistas. Además, pocas veces en un filme los diálogos han estado relacionados de forma tan auténtica con las sensaciones de angustia y locura como en Cube. Asímismo, cabe destacar la velada pero devastadora crítica social que Natali pone de manifiesto en las últimas escenas del filme. Parece que a veces la vida real viene a ser peor que el cubo donde están encerrados los personajes. Además Cube tampoco escatima en sustos y sorpresas, ya que tiene un par de brochetazos de gore bastante logrados. Los actores, desconocidos en España, cumplen sobradamente, sobre todo Maurice Dean Wint, que encarna a un policía, quien a priori debe ser ejemplo de moralidad, pero que se convierte en un auténtico monstruo enfermizo. Cube como todo filme de culto, puede generar controversia, pero no deja de ser una pequeña joya del cine fantastico reciente. No se puede negar que Cube sea una película claustrofóbica, de situaciones angustiosas e inluso, con los elementos del más puro terror psicológico. Sin ninguna razón y sin explicación ninguna, el director nos mete en la piel de un grupo de protagonistas que no se conocen y que no saben cómo han podido llegar al interior de un misterioso lugar, una especie de cubo que contiene una serie de trampas a lo largo de sus estancias. Aunque los decorados sean sencillos, son claustrofóbicos, da la sensación de que en cada habitación del cubo se va a acabar de un momento a otro el oxígeno. Un aspecto también a destacar es la buena elaboración del sonido (el movimiento de los cubos o la trampa de los pinchos mortales). "CUBE es ya una película de culto y sin duda, no defraudará al amante del cine fantástico.
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