
Este collage coloca a Contact en un ambiente preferido por Zemeckis, el de la historia de la cultura popular en los Estados Unidos. Recuérdese, por ejemplo, Forrest Gump y su itinerario por los tics, contraculturas y presitendes de varias décadas.
Pero, a diferencia de la conciencia itinerante de Forrest..., Contact se fija en el presente. De ahí la insistencia en la aparición virutal del Presidente Clinto. Si Forres Gamp demostró la "inocensia"(rayana en la boberia) de una cultura popular masificada, Contact vuelve por las tesis autoriales que tal vez no quedaron tan claras en aquella otra película.
Al fin y al cabo, Forrest llevó a Zemeckis a la celebridad cuando le dio un Oscar. Ahora de la mano de otro hombre célebre, Carl Sagan, el famoso científico espacial, autor de la novela sobre la que se basa el filme, Zemeckis revela la trascendencia humano-norteamericana al establecer un contacto con seres extraterrestres (aunque el contacto se limita a un circuito cerrado, como se verá depués). La medium de esta revelación es Jodie Foster, que redondea el trio de alto coeficiente intelectual de esta película.

Asertiva pero a la vez muy impulsiva, la Dra Arroway conduce Contac por la inesperada senda del melodrama femenino, el viejo género de la mujer que lucha, esta vez un poco menos aderezado de lágrimas.
Tenía que ser Jodie Foster la que encarnara un papel de tan alto riesgo. Largos primeros planos en su rostro de treinta años que hubiera destruido la carrera de alguna actriz menos dotada. Viaje interestelar por "agujeros de gusano" en los que la actriz, sentada en una silla de una nave que parece extraido del clásico de Fritz Lang Metrópolis, no hace más que lamentarse de lo valiente que es. Aunque sus lamentos llevan algo de irónica evocación erótica, en manos de Foster la caricatura ha sido distraída lo suficiente.
Zemeckis ha optado por el melodrama femenino quizá para evidenciar su preferencia por los secretos de la humanidad que conservar algo del primigenio candor y trascendencia. En Forres Gump era un retrasado mental, en Contact una mujer. Fijado además en la tipología de Jodie Foster, Zemeckis sabía que con ella podía jugarse la derrota tradicional de la mujer o su triunfo relativo amparado por la autoridad de los hombres.

En Contact Jodie Foster está lista para pasar del self made woman a medium entre humanos e inteligencia interetelar. Los tropiezos no son pocos. La comunidad científica, en su mayoria hombres, se le oponen. Es criticada por su ateísmo confeso. Y por último relativiza su "viaje interestelar" considerandolo algo mental. He ahí la derrota de la Dra Arroway. O su relativa vistoria, si se cuenta con la simpatía del argumento, y tal vez del público.

Veinte años depués Zemeckis parece recomendar una alianza estratégica de religión, ciencia y poder, ante las exacerbaciones producidas (probables o presentes) por las nuevas condiciones. No es la familia la que está en crisis, sino el sentido trascendente del ser humano, que debe pasar por sldar cuentas con la familia (el encuentro interestelar de la Dra Arroway es con su padre).
Zemeckis consigue una cinta entretenida, bien entrelazada que dispone al espectador a un viaje espacial ciertamente extraño y a la vez fantástico. Lo que el ser humano busca, el Contacto con otros seres.
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