
Tras viajar a Los Angeles para vender su botín, recibirán la visita de un personaje llamado Kobayashi, quien les propondrá que trabajen para su jefe, el temido y misterioso Keyser Soze, Sólo la mención de su nombre hiela la sangre del que lo escucha por sus espeluznante pasado criminal.
Intrincada y tramposa película de cine negro con notable influencia del proceder filmico de Quentin Tarantino, asentada en la costumbre comtemporánea de tejer una historia más o menos complicada con culminación autocomplaciente, sorpresiva pero bastante incoherente con el desarrollo mostrado en el metraje anterior, que sólo es utilizado como sistema de manipulación emocional del espectador.
La cuestión es reunir un grupete de personajes con psiques diversas y entretejer una laberíntica trama repleta de constantes giros y multitud fr nombres que aparentemente haga parecer que estamos ante una historia compleja e inteligente cuando en realidad la insignificancia suele ser la constante de una trama que rebota siempre en sus primerizas porporciones.

En el terreno interpretativo, destaca el duelo policía/criminal establecido entre Chazz Palminteri y Kevin Spacey, este último galardonado con el primer Oscar al mejor actor secundario, cuando en realidad es clarísimamente el actor principal.
Todos conocemos ya esta película. Si no porque ha ganado dos Oscar, pueder ser por que en ella aparecen Benicio del Toro y Kevin Spacey, actores ambos en alza. O porque la dirige Bryan Singer, que se encarga de la franquicia de "X-Men", seri de películas que a no pocos gustan. O tal vez porque nuestros amigos nos han hablado de ella entre fervor religioso y temor de Dios. O porque el DVD estaba barato. Hay muchas razones para conocerla, y ninguna es mala.

Se encarga de la historia Christopher Mcquarrie, oscarizado por el guión, pero cuya carrera parece que no terminó de arrancar, puesto que su única aportación posterior al mundillo ha sido "Secuestro Infernal", que sin estar aml del todo, tampoco llega a llamar la atención. El guión es el punto fuerte de la película, pues es muy sólido y se cierra sobre sí mismo de manera muy hábil, no dejando ni un solo cabo suelto, muy a la manera de Shyamalan, pero unos años antes. Hecho que, junto con la ausencia de un significado de ultratumba, lo que hace cierto sector del público lo perciba como algo vacío y sin trascendencia. Lo que conocemos como un timo, vamos.

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