
Personamente, esta película empieza una ligera cuesta abajo en lo concerniente a calidad que, espero, con la película de "La Joven del Agua" volverá al nivel de sus dos primeros filmes.
"Señales" cuenta la historia de una invasión extraterrestre desde una ventana chiquitita. Son palabras del propio Shyamalan, y es una descripción perfecta. A lo largo de su metraje queda patente el mencionado talento de caracterización, convirtiendo a Mel Gibson en su sufridor pastor que ha perdido a su mujer en un horrible accidente de tráfico, que vive con sus hijos y su hermano. La tensión crece con los círculos de cultivo que se multiplican por el mundo, y ya en el momento de la invasión, llegamos al cenit de la película.
"Señales" es una notable película porque mantiene el suspense hasta en los momentos rídiculos (con Joaquin Phoenix, siempre competente, jugando con el papel de plata) y nos brinda un par de escenas memorables: la aparición de un alienígena delante de unos niños que celebran un cumpleaños(rodada en video doméstico).

El rpoblema de Shyamalan es la manía de dar un giro sorprendente al final de la película. Funcionó en "El Sexto Sentido" y "El Protegido", dando sentido a la narración y cerrandola, pero en el caso de "Señales" hace agua por todos lados (y nunca mejor dicho). Y es que poner al liquido elemento como un ácido para esos visitantes, y que no se den cuenta de ello cuando el aire mantiene de forma permanente un porcentaje de agua roza el ridículo; el enfoque que podría salvarlo, el de la cicencia ficción ingenua, por desgracia es incompatible con el desarrollo de la trama.

Es indudable que este autor, quien siempre se reserva un pequeño papel en sus rodajes, posee un manejo de la realización excelente y una loable presteza visual, que sus encuadres y movimientos de cámara están perfectamente reflexionados y que suele acertar en la consecución de una atmósfera inquietante con predominio de la sugerencia sobre lo mostrado, al margen de si la intensidad lograda en un momento dado consiga o no su objetivo de inquietar al asistente a la sala.

Si la penetración psicológica del caracter central (mel Gibson) resultase inherente al detonante de la trama (la aparicion de las señales extraterrestres y la llegada de los mismos), ciertamente se produciría la efectividad deseada, pero en este caso no sucede así.
Si incluso esas diatribas personales e interfamiliares fuesen relevantes para alguien más que para su protagonista, también funcionaria, pero la exposición del viaje interior a las creencias y la fe del ex sacerdote interpretado por Gibson, estigmatizado por la muerte de su esposa, lo único que conlleva son algunas escenas con largos diálogos bajos en interés y flashbakcs subrayados que aletargan y desconexionan la cuestión principal del fil, la llegada y contacto con los extraterrestres, invitados, más traviesos que amenazantes, al miramiento psicológico del clérigo y sus peculiares parientes.

Juega con un título (señales, marcas de los extraterrestres...señales, indicaciones divinas para que mantenga mis creencias) y desarrolla esa idea arrimando esta cuestión (bastante trivial, por cierto) al género donde mejor se desenvuelve, el terreno del misterio y el suspense, pero naufraga, al margen de su meritorio tacto visual, por el propio sinsentido de la mixtura.
En resumidas cuentas, una muestra de buen cine de un director que, parece, jamás rozará la mediocridad. Y eso es más de lo que se puede decir de otros talentos noveles.
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