
Estridencias aparte, La ley del deseo hablaba sin tapujos de la homosexualidad con un tratamiento a la vez reivindicativo y normalizador nunca visto hasta entonces en el cine espeañol, conviertiendo a su director en un icono entre la comunidad gay de España.
Historia autobiografica que reflexionaba sobre los mecanismos de la creación, este particularísimo Ocho y medio de Almodóvar abordaba la problemática de ser homosexual en los años 80, algo por un lado in y a la moda en los ambientes modernos de la época, pero al mismo tiempo una relidad muy dura de aceptar fuera de la noche madrileña, lo que se expone en el personaje reprimido de Antonio Banderas, que le pide a Pablo "Eusebio Poncela" que le escriba con nombre de chica para mantener las apariencias ante sus padres. No obstante lo innovador de La ley del deseo era el ir mucho más allá de la mera explicación o justificación de la condición homosexual, desarrollando un melodrama de pasiones y conflictos similares en buena medida a los que tradicionalmente hemos visto entre hombre y mujer: en un clásico triángulo amoroso, la promiscuidad de Pablo desencadenará la tragedia al chocar con los celos patológicos de antonio.

Este último inseguro, dominado por su madre y símbolo de la España machista, trata a Pablo como un macho tradicional trata a su novia, vigilandolo y exigiendole que renuncie a su vida fríbola. Enfermo de celos, y con una psicosis avivada por no poder aceptar su homosexualidad a causa de su educación conservadora, Antonio indaga para conocer a Juan, el otro amante de pablo interpretado por "Miguel Molina" al que acabará asesinando, supuestamente por amor, pero en realidad nada más que por su propia inseguridad y por vengarse de la tradición del chico al que considera propiedad suya. La satisfacción de Antonio por la venganza, y por haber mostrado el dominio que tiene sobre Pablo asesinando a su adversario, no dura demasiado. Sospechando la verdad, Pablo lo rechaza, por lo que el joven continua su acoso seduciendo a Tina "Carmen Maura", que ha formado con su hermano y su hija un núcleo familiar poco convencional para la época incluso para hoy en día. Antonio utiliza a Tina para forzar a Pablo a que vuelva con él; en realidad su mente enferma no desea a Pablo, simplemente proyecta sobre él unas fantasias sobre el verdadero amor, un sentimiento que Antonio nunca podrá ofrecer, ni tampoco recibir de nadie.

Almodóvar bordó con este film la que es probablemente su mejor creacion. No sólo la solidez del guión, la excelente interpretación de los personajes y una apuesta en escena impecable avalan esta afirmación. La ley del deseo fue la primera obra realmente madura y reflexiva del realizador. Muchos momentos de este film quedarán para la historia como algunos de los más memorables de nuestro cine, además de los ya citados, la inolvidable escena en la que Tina disfruta sensualmente al ser regada por un operario de limpieza en plena calle, alusión directa al famosísimo baño de Anita Ekberg en La Dolce Vita de Fellini (1960), o la secuencia inicial del film, en la que pablo dirige en off la masturbación de un joven, escena que dio mucho que hablar en los años del estreno del film por su alto contenido explicitamente homoerótico, pero que es hoy uno de los momentos más logrados de la cinta.

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