
En esta ocasión Pollack, factura en dicho año, 1982, año de películas de calibre de E.T. Blade Runner o Diner, esta maravillosa y deliciosa cinta sobre la vida de un actor en paro durante 20 años que se gana la vida como camarero junto a su compañero de piso, también actor y guionista, Jeff (Bill Murray), y que en sus ratos libres, cuando no se presenta a algún casting, da clases de arte dramático a jóvenes actores.
Nueva Yorks, años ochenta, mucho para en el circuito de Off broadway, en el que muchos aspirantes jóvenes y no tan jóvenes suspiran y aspiran por un papel en cualquiera de las mediocres y escasas de talento obrs teatrales.
Como en Hollywood (Los Angeles) los aspirantes a estrellas de cine, en Broadway (Nueva York) los aspiantes a estrellas de teatro, se ganan la vida también de camaeros, repartidores, expendedores de gasolina, ect.
Resulta abvio resaltar la doble y magnífica interpretación de Dustin Hoffman (uno de los mejores actores de la historia sin discusión alguna) primero como el actor en paro durante 20 años, y posteriormente como Dorothy Michaels, su alte ego femenino, aflorante por necesidades de la vida.

No sólo está llena de hilarantes momentos de humor irónico, sarcástico y por momentos mordaz, si no de una sutil crítica a la fútilmente transgresora cultura de los 80, donde el art-pop se veía gruesamente invadido por lo kitsch, y donde el trinfo y el encumbramiento personal y profesional tenían más bien que ver con una suerte de mezcla entre el azar, la cabalística y el estar presente en el momento justo que con los méritos y la perseverancia en el desempeño de las funciones profesionales.

Un delicioso entuerto, deshecho por la sabia conducción del maestro Pollack, quien como es habitual en él, aparece también escena como el representante de Michael.
Tootsie fue una de las comedias de más éxito de los años 80, un verdadero hit que mereció 10 nominaciones a los Oscar en 1982 y el respaldo mayoritario del público, para una comedia de enredo y equívocos-sólo superada por >E.T. en la taquilla de entonces-, con la eterna discusión de los roles sexuales como transfondo. El film, acertado de principio a fin, no ganan ni pierde con sucesivas revisiones. El talento de Sydney Pollack para otorgar realismo a un género que no era suyo, se trató de su primera comedia, y la entrega de todo su reparto sin excepción, remató un guión de los considerados de hierro. La consistencia del producto final es notable, y su actualidad, plena.


Tootsie no es un film sobre travestismo ni la intrnsigencia de la transgresión, es una comedia realiada con los mejores conocimientos del género decidida a satisfacer pero sin acaramelar.

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