
Henry (Macaulay Culkin) es un niño de 12 años muy inteligente y aparentemente cariñoso, pero oculta oscuros secretos. Su macabro sentido de la diversión saldrá a la luz cuando se instale en su casa su primo Mark (Elijah Wood) para pasar con su familia el invierno. Poco a poco, Mark descubre lo que los adultos no comprenden. Pero nadie le hace caso: todos sus temores los ven como traumas porvocados porl a reciente muerte de su madre. Lo cierto es que Henry intenta matar a su propia hermana, interpretada por Quinn Culkin, que también lo es en la vida real.
El guión del novelista británico Ian McEwan es verdaderamente dantesco; pero sus evidentes excesos- cargado de referencias psicoanalísticas - no rebasan nunca los límites clásicos del género de terro en que se enmarca.

En cualquier caso, se ofrece el oxigenante contrapunto de Mark - magníficamente caracterizado por Elijah Wood -, verdadero protagonista de la historia. Será él quien acabe apropiándose, con su inquebrantable honestidad, el título de Buen Hijo que encabeza la película.
Joseph Ruben lleva a cabo una realización eficaz, con la que consigue acelerar la intriga hasta el alucinante desenlace. Sus recursos fílmicos no son muy originales: se atiene a todo momento a las lecciones de suspense del maestro Hitchcock. Pero todos ellos están bien empleados y estructurados. E, incluso, a través de ellos consigue unas cuantas secuencias dramáticas de gran intensidad, magníficamente montadas.

La escena cumbre de la película fue rodada en Paradise Head, un pintoresco acantilado con una caída de 40 metros grabada completamente sin efectos especiales, la secuencia entera fue de hecho interpretada por especialistas y las jóvenes estrellas de la película Maculay Culkin y Elijah Wood.
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