jueves, 1 de mayo de 2008

LADY HALCÓN. Uno De Los Grandes Clásicos Del Cine De Aventuras.

La verdad es que no se cuantas veces habré visto esta película en mi vida. Tntas que he perido la cuenta, pero no me canso de hacerlo. Y es que Lady Halcón es un filme de esos que si lo ves de niño te encanta, porque posee todos los ingredientes de los cuentos de caballeros y damas, de las historias de héroes y leyendas; aderezado con música ochentera y unos magníficos actores que se encontraban en la cúspide de su carrera.
De hecho, no hay más que ver las actuaciones del espléndido Rutger Hauer, de la bellísima Michalle Pfeiffer y del principiante Matthew Broderick. Los tres bordan su papel y le dan a la historia la consistencia necesaria para que se haya convertido en uno de los grandes clásicos del cine de aventuras. Lástima que películas como ests ya no se destilen, porque sin duda el filme tiene magia, un aire fresco que viene apoyado enuna bonita historia de amor imposible, por una espléndida fotografía y por una magnífica banda sonora.
En una época de magia y aventuras, una leyenda heroica y sobrenatural relata la diabólica venganza del Obispo de Aquila que, a consecuencia de una traición, jura impedir el amor de Navarre (Hauer) e Isabel (Pfeiffer).
Apoderándose de las fuerzas del mal, lanza sobre la pareja un terrible hechizo: ella se convertirá en halcón durante el día y él en un acechante lobo gris por la noche.....
Eternamente unidos y separados, encontrarán un aliado en el joven lacayo Philippe (Broderick), que les intentará ayudar a conjurar la maldición del obispo.
Muy entretenida película de aventuras, castillos, malignos encantamientos y amores imposibles en la época medieval. Si además sale la bellísima Michelle Pfeiffer ya no solo se pasa el rato, se disfruta. Con encanto.
Este sugerente argumento, unido a la brillante imaginería del maestro Vittorio Storaro, convirtieron a "Lady Halcón" en uno de aquellos filmes de los 80 que marcó a toda una generación de jóvenes espectadores. Asimismo, supuso el espaldarazo definitivo a la carrera de la casi debutante Michelle Pfeiffer, que compartía cartel con el otrora replicante Rutger Hauer.

Su director Richar Donner, artesano del medio cinematográfico que siempre ha sabido rodearse de grandes compositores en su películas, tenía muy claro desde el principio el tipo de música que requería la cinta. Como producción ambientada en la época medieval, pero salpicada de profundos ramalazos de estética ochentera (baste si no comprobar la interpretación en clave teen movie de Matthew Broderick), Donner deseaba una banda sonora capaz de fusionar la electrónica preponderante de aquellos años con el clasicismo propio de la época en que se desarrolla la trama.
La ecuación resultante de aquella suma de estilos debía ser algo así como una experimentación cercana al rock sinfónico; tratamiento musical indudablemente anacrónico, errático en su momento para buena parte de la critica, pero hasta cierto punto disculpable dado el carácter desenfadado del film.
Después de realizar "La Profecía" y las dos primeras partes de "Superman", Richar Donner se embarcó en "Lady Halcón". Tambien no olvidemos que Richar Donner realizó "Los Goonies" y "Arma Letal".
El excelente realizador consiguió uno de sus mejores títulos con este hermosos cuento lleno de fantasía, que recuerda los mejores relatos infantiles. Expendidos el trio portagonista. La sugestiva fotografía es obra de todo un mito, Vittorio Storaro, uno de los mejores en su campo, auotr de obras como Apocalypse Now. La banda sonora está compuesta por el grupo de rock sinfónico "Alan Parson Project", por eso las melodías son un poco estrambóticas para lo que es la ambientación de la película, sin embargo esto la hace aun más peculiar, y se hace pegadiza y amena. Estuvo nominada a dos Oscars, al mejor sonido y mejores efectos de sonido.
Es muy entretenida y completamente romántica. Michelle está preciosa, parece irreal de lo guapa que está y el capitan Navar Hauer, como siempre excelente y perfeto a mi gusto para este papel. Broderick como "raton" lleva a sus espaldas el peso de la trama y lo hace con enorme dignidad y credibilidad. Lo gracioso es que el guionista de Lady Halcón adapta la historia a la moral actual y hace que el MALO sea un Obispo y que los BUENOS sean los amantes. Nada más que por esa inversion de la moralidad ya es curiosa la película.


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