domingo, 18 de mayo de 2008

INDIANA JONES Y EL TEMPLO MALDITO. Tremendamente Entretenida. Puro Cine De Aventuras.

Desde hace ya muchos años está instalada en Hollywood una tendencia a despojar de magia el cine, salvo alguna que otra excepción que, por lo general, suele tener la consideranción de excentricidad. No me estoy refiriendo, por supuesto, a introducir elementos sobrenaturales en el guión, sino a la renuncia a crear un universo de fantasía: ese algo tan difícil de definir pero tan fácil de precibir en todas aquella películas que recordamos como especiales.
"Indianas Jones Y el temple Maldito" posee ese punto de candidez que aún se podía encontrar en los ochenta, cuando no se había fraguado ese absurdo pudor que empuja ahora a que bocanadas de mundanidad atraviesen la pantalla e invadan toda la atmósfera de la película. No hay ninguna necesidad de mostrar al héroe cortándose las uñas de los pies, ni de exibir en pantalla lo que ha sido una ardua labor de documentación para conseguir una precisa contextualización histórico-geográfica en algunos aspectos concretos a capricho del director.
Dejando al margen el innegable poder de las modas, se podría pensar que estra mnía por el verismo a toda costa es un método para acercar más la historia al espectador. Películas como ésta demuestran que es totalmente innecesario. Es innegable que "Indiana Jones" ha sabido conectar prrefectamente con el público, y eso sería imposible si realmente la historia se viera desde la lejanía. No importa que los acontecimientos sean poco verosímiles y que toda la acción se desarrolle en un entorno claramente quimérico.
Para el espectador es realmente un deleite escaparse durante hora y media a ese mundo ilusorio, ver cosas que jamás presenciaría fuera de las pantallas de cine y participar en todo lo que le están contando. Y no por ello "Indiana Jones" resulta más lejano, pues todos nos hemos visto infinidad de veces en su misma situación, aunque nunca nos haya perseguido una albóndiga gigante de cartón piedra o hayamos estado a punto de morir aplastados por una habitación menguante. Esa es la grandeza de los arquetipos, a la vista de quien lo quiera ver. No faltará, sin embargo, quien pretenda que Spielberg se disculpe por haber malgastado celuloide en un espectáculo de entretenimiento.
En efecto "Indiana Jones y el templo maldito" es tan entretenida que a poco que se descuide uno puede terminar de ver la película sin percatarse de lo buena que es: desde la misma puesta en escena, que es brillante, hasta el final de la película. Si consiguen evadirse de la película para analizarla con un poco de frialdad se darán cuenta de hasta qué punto es toda una lección de narración cinematográfica. El reconocimiento de la gente más "seria" no le vendría hasta "La lista de Schindler". No obstante, en mi opinion el mejor spielberg se encuentra en la trilogía de "Indiana Jones", Hoy en día a poco de estrenarse la 4 parte de Indiana Jones, el 22 de Mayo de 2008.
Como enlas otras dos películas, el arqueólogo más famoso del mundo parte en busca de una conocida reliquia del pasado para termianar encontrandose a sí mismo, irse con la chica y perder la maquinilla de afeitar por el camino. Dándole un respiro al Tercer Reich, en esta ocasión Indiana Jones se enfrenta a una oscura y sangrienta secta hindú que, mientras se encuntra a la espera de conquistar el mundo, se dedica a incinerar figurantes durante espectaculares performances y a dar honrados puesto de trabajo en el secotr minero a un enjambre de niños que al final de la película vuelven a sus casas con una profesión aprendida.
La película tiene muy bien medidas las dosis de acción y de humor, manteniendo un tono casi paródico sobre las películas de aventuras exóticas tal que sólo se puede conseguir conociendo los resortes del género. No es una fácil brula, sino un sincero y afortunado homenaje.
Recomendada a conductores de montaña rusa sin la "L", a aficionados a los coros religiosos y adictos al látigo.
El templo Maldito situa la acción un año antes de la búsqueda del arca perdida, por lo que puede tener el apelativo de "precuela", una especie de aventura marginal en la que el héroe Indiana Jones es partícipe de una trama en tornoa oscuros rituales de la India. El prólogo, en un restaurante de Shangai, es de antología y marca el arranque de un ritmo inquebrantable en una de las películas más frenéticas de la filmografía de Spielberg, si dar respiro al espectador, va secuenciando situaciones a cada cual más aparatosa, sin perder la capacidad de entretener, pero con menos estilo que en el Arca Perdida.
Su precedesora, com ya he dicho, tenía virtudes a raudales en los distintoas facetas que puede ofrecer este tipo de cine. Un espectáculo articulado mediante una historia sencilla pero vivificada a base de personajes, modelo manejados con soltura, algunos de ellos incluso demasiado estereotipados, y aun así la película nunca caía en un desenfreno ridículo o saturado de tópicos.
Desgraciadamente, y es algo que tanto Spielberg como Lucas han afirmado con pesr, en esta ocasión no estuvieron tan finos.
Decíamos que lo importante noi era la complejidad, sino caracterizar personajes con garra y sin caer en el cliché. Kate Capshaw, reina de la función, no solo es un personaje estereotípado y molesto a veces por sus excesos expresivos, deviene en un figurín ridículo en forma de loca que se pasa todo el rato pegando gritos y diciendo estupideces varias, pero que a la vez la hace encantadora diva loca de atar. El personaje de Willie supone una importante rémora en el estilo, el cual termina por invadir la mayor parte de las secuencias. Por otro lado, el nuevo acompañante del héroe es un niño que poco aporta aparte de tener su momento lacrimógeno, en la línea del Spielberg más endeble y facilón, y ademas sabe Kung-fú.



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