viernes, 2 de mayo de 2008

IRON MAN. La Mejor Adaptación De Un Cómic Marvel Hasta La Fecha.

Entre tanto visionario, falso profeta y cineasta corporativo, se echaba de menos un poco de humildad y coherencia. Muchos, ante el desafío de la adaptación, han sido víctimas de su propio ego arrastrando a personajes antológicos hacia una perspectiva personalista, errónea y tremendamente injusta con la leyenda del héroe. El gran acierto de Jon Favreau ha sido saber colocarse en un segundo plano y dejar a su personaje evolucionar dentro de su entorno natural, tener la clarividencia de saber qué quiere el fan y la absoluta disposición a dárselo.
En base a este manifiesto IRON MAN es, (con permiso de algunos momentos de Spider-Man o del Hulk de Ang Lee), la mejor adaptación de un cómic Marvel hasta la fecha. O al menos, la que mejor ha sabido capturar la esencia-pura,dura y sin aditivos-, de su personaje. Marvel se ha propuesto entrar en su (necesaria) madurez a base de talento. Como el que derrrocha tras gigantes condenados al segundo plano, y que demuestran ser el apoyo perfecto para un genial Robert Downey Jr preparado para el papel mucho antes de que ni tan siquiera se lo ofrecieran.

La agilidad de sus diálogos, la fidelidad con su base, la habilidad narrativa, el carisma de su protagonista (con algun desliz perdonable) hacen pensar que este universo paralelo de celuloide, está preparado para el siguiente paso en su evolución. Un nivel en el que los personajes de la casa de la ideas se cohesionen en tramas comunes (atención al pequeño pero muy efectivo guiño final) y campen a sus anchas por el imaginario de cualquier espectador. Quien iba a decirnos que un cínico, borracho, snob y mujeriego iba a resultar un héroe tan digno y perfecto.
Con Iron Man he podido disfrutar de una gran adaptación a la pantalla grande de uno de los héroes más íticos y queridos de la casa Marvel, al que mi amado Spiderman llama "cabeza de lata", el héroe maldito hecho a sí mismo, sin mutaciones, sin picaduras de insectos, sin radiaciones fouítas: Tony Stark, alias Iron Man.
La estructura de la pelícua es simple. Millonario aburrido, alcohólico, fabricante de armas y ausente de moral es secuestrado y se da cuenta de que su vida no tiene mucho sentido. Como es un manitas y tiene pasta y tecnología punta para jugar, se hace un traje de hierro para zurrar a los malos sin compasión. Tras las clásicas pruebas, empieza a cogerle el tranquillo, para al final enfrentarse a un archienemigo más grande y más fuerte en una soberbia batalla final.
En efecto, como digo, la fórmula de la película es la vista en mil y una ocasiones, tanto en el cine, como en los libros o hasta en los videojuegos. Pero da igual, porque en este caso, el carisma de un Robert Downey Jr. al que traje le viene como un guante, los toques de humor finamente engarzados con acción y efectos especiales a raudales y todos y cada uno de los actores secundarios, funcionan a las mil maravillas.
La introducción en lo suficientemente larga como para que nos interese lo que le pase al protagonista. La construcción del traje se toma con tiempo y los personajes tienen tiempo a definir sus personalidades, lo que denota un guión trabajado, sin las prisas y la falta de inteligencia de algunos de los subproductos heroicos que poblaban la cartelera hace poco, como la infame "Spiderman 3" o el capitulo que supuso el desmantelamiento de la franquicia de los 4 fantásticos.
Parece que los fabricantes de imágenes se dan cuenta, de vez en cuando, de que una buena peli de acción y fantasmadas no pueden constar solamente de eso, imágenesw e imágenes generadas por ordenador a ritmo vertiginoso que bombardeaen al espectador.

Sin una historia medianamente hilada, sin personajes que conecten con el público, sin un descanso entre rijostio y rijostio, la película se transforma en un sinsentido adrenalínico pero sin interés.
La nota negativa la pone quizá la química, o más bien la ausencia de esta entre Gwyneth Paltrow (yo no sé que hace aquí) y Robert Downey Jr, quienes juntos protagonizan algunos diálogos bastante cogidos por los pelos.
A pesar de esto, parece que tenemos nueva franquicia por delante. Esperemos que el gigante verde de Edward Norton nos depare un sabor tan dulce como el que deja el hombre de hierro.


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