
Con Guión de James Ellroy, autor de la novela "L.A. Confidential", especialista en literatura policíaca de tipos duros, y una especia de quiero y no puedo de David Mamet, "Dueños de la calle" recuerda más de lo que debería a la película de Russell Crowe y Kim Bassinger. Keanu Reeves da vida a un policía brutal, corrupto y no muy listo - pero en el fondo bueno - que puntea el sistema para imponer su justicia, muy en la linea de Crowe en "L.A. Confidential", acompañado de otros personajes cuyos motivos y acciones son casi un deja-vu.
De haberse estrenado antes de "Training Day" o "El fuego de la Venganza", por ejemplo, quizás podría haber escapado, pero ese estilo de violencia descarnada y esa visión del mundo policial ya no sorprende a nadie, y sólo queda una historia de agentes supermachos y maledicientes que van desgrananado de manera no demasiado coherente (todos los personajes tienen una habilidad increíble para "pasar por allí" en el momento exacto) una intriga con un final anunciado, y que aún así no deja de resultar un tanto irrisorio, en gran parte por el mensaje que transmite.

La numerosas y a veces gratuitas escenas de acción son lo que saalvan la película. No son ninguna obra maestra, pero están bien rodadas. Especialemnte la que ocupa los primeros minutos, que además sirve para que uno se haga unas ilusiones que rápidamente pierde.
El reparto, encabezado por Keanu Reeves y Forrest Whitaker, no pasa de correcto. Keanu parece que confunde el ser un tío duro con la inexpresividad, y Whitaker está muy por denajo de lo que puede rendir. Atención al enfrentamiento verbal de los dos, que marca el punto más bajo de "Dueños de la calle". De secundario de lujo cuenta con Hugh Laurie, el Dr. House, que aquí interpreta a un agente de asuntos internos que efectivamente también podría apellidarse House.

Con plantel de buenos actores, la película se nos presenta sin tener pinta de moraleja que hay que sobrevivir y que hay que hacer lo que sea fuera de la ley para salvar a los ciudadanos, más bien se centra en el personaje de Keanu Reeves, quién asume esa doctrina pero nos importa más cómo le lleva a cabo y el entorno en el que envuelve, más que un mensaje del "todo vale" en la película.
Cuando uno de los personajes tiene su rol muy bien interpretado, y aunque sepas a medida que va avanzando la historia, quién traicionara a quién y quién está metido en donde no debe, lo cierto es que da igual porque gracias a una buena atmófera a los

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