
El film se abre con voz en off de un Tommy Lee Jones memorativo que también cierra de manera lírica y abrupta la película con una narración onírica.
El personaje de Jones (cada vez mejor actor) es el del viejo Sheriff Bell, quien evoca tiempos pasados mejores y que parece cansado en el presente de enfrentarse a una criminalidad cada vez más violenta y cruel. Es un desamparo perfectamente acentuado en su inicio por los escenarios abiertos y desolados del desierto.
A punto del retiro y auqnue se oinvolucra en la investigación, Bell parece querer evitar esta crueldad personificada en Chigurh/Javier Bardem, un ser que simboliza en la película la maldad y la muerte. La violencia. Frío, juega con la vida de quien se cruza ensu camino de manera arbitraria y sin piedad.

Si Chigurh es el generador de la violencia, el criminal, y el sheriff Bell es la ley, el persecutor de tal violencia que prefiere divagar sobre tiempos pasados y futuros apocalípticos antes que encararse a la misma y evitar la impunidad, Llewelyn Moss (interpretado por un Josh Brolin más cercano en su imagen a un Nick Nolte moreno que a su propio padre James) es el ciudadano corriente qiue se ve involucrado en esta caza de policía-delincunte de manera accidental.

Implicado en tal rpoducción-ciclo violento y motorizado por la mejora económica, Moss se convierte en el enganche emocional con el espectador a través de un vibrante juego de gato y ratón con Chigurh. Es un aspecto de presecución mortal que genera dosis disfrutables de suspense a través de moteles de mala muerte y calles desiertas nocturnas.
La ausencia casi total de música permite subrayar el desabrigo del perseguido en oscuros interiores, siempre pendiente del mínimo ruido, de un click de gatillo, de las pisdas de unas botas lucidas con planos a ras de suelo.

Chigurh y Llewelyn luchan sin descanso por hacerse con el botín de las drogas, se cambian camisas por grandes cantidades de dinero, una moneda al azar es la que puede determinar el destino del inocente....
La fidelidad de Ethan y Joel Coen a su raíz literaria es máxima. lo que satisfará a los seguidores de McCarthy. El film, es su superficie, no es más que un western crepuscular, fronterizo, melancólico, con trazos de elegía por una época perdida y con un tragicómico asesino en serie de historia pulp al que se le reviste de contenido intelectual.
Tal revestimiento resulta da fácil cohesión en el libro, ya que la propia lectura impica un esfuerzo intelectual y una privativa representación sobre los hechos leídos, además de una profundización mayor de ideas de la que escasea la exhibición visual con la perspectiva de un tercero, con personajes de catadura situacional, de aposturas chulecas-.chuscas y con diversas frases de filosofia de bar.

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