
Despues de encontrase por primera vez en los años 80 con "Top Gun", en varias ocasiones más se han cruzado los caminos cinematográficos de Tony Scott y Jerry Bruckheimer. "Días de trueno", "Superdetective en Hollywood II", "Marea Roja", "Enemigo Público" y ahora "Deja vu".
Sus colaboraciones giran casi siempre en torno al entretenimiento testosterónico, al exceso ruiista, el descoque rítmico, un forzado sentido heróico y/o apocalíptico, y un despotismo estético que se despreocupa de la historia y personajes y se vuelve en una sofisticadción banal de imágenes efectistas de mera distracción y suspensión narrativa.
Con Denzel Washington incorporando su imagen buenista-amablke de siempre, ya un tanto anodina, el guión depara un cóctel de ciencia ficción en base al viaje temporal y al contacto amoroso ( estilo "La máquina del tiempo" de George Pal, "Los pasajeros del tiempo" de Nicholas Meyer o "En Algún lugar del tiempo", con Christopher Reeve) y pesquisa policial con búsqueda obsesiva y huellas clásicas del misterio romántico-detectivesco de "Laura" de Otto Preminger y algún que otro título Hitchcockiano.

La película gustará a los seguidores de sus dos responsables y podrá interesar a los curiosos en las paradojas temporales con guiños cinéfilos.
Aún así es una película entretenida, que se deja ver con facilidad y cuyo portagonista lo hace bien (como acostumbra, y he de decir que ya cansa), aunque sea porque ya es la enésima ocasión en que interpreta un personaje de similar factura.
El argumento de "Deja Vu" se encuentra dentro de la ciencia ficción, que plantea la posibilidad de que esos momentos en que tenemos la sensación de haver vivido algo, fueran en realidad sensaciones reales y ciertamente ese momento ya pasara. Con dicho planteamiento y algunos toques más de tecnología ultra-secreta se hila una trama policíaca a todo tren que no nos dejará quietos ni un momento sobre nuestro sofá.
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