
Por lo demás es un producto de una calidad evidente con varios puntos fuertes: Es un thriller sobrenatural que consigue mantener la intriga con una consistencia de acero, y tiene en vilo al espectador durante todo el metraje.
Las escenas de los desastres, en especial la del avión, quitan el hipo por su crudeza y ejecución: El caos, la destrucción, la violencia, la sensación de impotencia de Nicolas Cage...Todo bien narrado.
Tecnicamente es muy buena: Proyas recupera de alguna forma la sombría fotografía de la fabulosa "Dark City", aunque aquí cambia el formato de rodaje dependiendo del tipo de las secuencias, lo que dota a la cinta de un estilo muy heterogéneo dejando clara al amplitud de recursos que domina este director.
Sobre el polémico y apocaliptico final, decir que es adecuado, pero que se ve venir poco a poco, de hecho uno de los puntos flacos de la producción es que tal vez sea demasiado previsible, auqnue muy probablemente esa simpleza en el desarrollo de la historia y esa sencilla previsibilidad escena a escena son deliberadas, buscando hacer la película digerible para cerebros sencillos. Aquí también peca la producción, ya que desaprovecha la ocasión para alcanzar unos grados de complejidad que podrían haber hecho de esta película una pequeño joya. No esperaba menos de Alex Proyas.

El todo pomposo del mismo, muy criticado por los distintos medios, recuerda mucho al de la alabada "Dark City" y tiene en cierta forma, ese aire de "alivio" sobrenatural que sentía John Murdock cuando conseguía el controltotal sobre la ciudad oscura.
Los 130 minutos depelícula se ven de forma amena, bien medidas las pausas dramáticas, y los parones narrativos...y todo para luego volver con más caña a la espectacularidad visual (hay un par de escenas impresionantes, espectaculares, reales y crudas), Proyas está detrás a pesar de ser una película palomitera.

A los espectadores nos encanta el cine de catástrofes. Esta película juega muy bien con ese mrobo y, en vista de esa virtud técnica y narrativa, merece ser apluaudida a pesar de su tosquedad. LLama la atnción el descaro con el que enmarca su expresión con el contexto de la crisis actual, sumandose a la reciente avalancha de pelícuoas diseñadas para unfin ideológico muy concreto, y que tendrá un colofón con la película titualada "2012". No quiero olvidar que el cine no solo es un arte, sino, sobre todo en estos casos, un instrumento para preparar a la opinión pública de cara a acontecimientos extraordinarios que empiezan a suceder hoy y se desarrollarán en los proximos años.
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