lunes, 10 de marzo de 2008

P A R K I N G 2. No Es Nada Innovadora, Pero No Aburre Al Público.

Como introducción para aquellos (entre los cuales confieso que me encontraba yo en un principio) que desconocen la génesis de este proyecto, decir que no se trata de ninguna continuación ni nada similar, el título de "Parking 2", una nueva vuelta de tuerca al género del thriller en espacios angostos y terroritorios acotados, hace referencia precisamente a un lugar, ya que acontece en su mayor parte en la segunda planta de un tétrico parking de un edificio de oficinas. Y como tal espacio limitado, la historia requería mucha pericia para salir airosa de tan arriesgada propuesta (sobre todo alargar un hecho que podría haberse despachado en 30 minutos de metraje), cosa que por desgracia, no ha sido así, quedándose todo en un intento de quiero y no puedo constante, pese a ocasionales aciertos en su desarrollo.
de haber visto una película más del monton pero sin aburrirse. En Definitiva para lo que está hechEn cualquier caso, ese limitado guión, no ayuda en demasía a darle mayor empaque a toda la historia, resultado como ya comentaba anteriormente, solo rescatable ciertas set pieces efectivas donde la violencia se apodera de la pantalla, ya que conversaciones como la que transcurre justo antes de la tortura de cierto personaje denotan una sensación de hastío hacia esos enfrentamientos verbales tan comunes ( y en la cual además Bentley se muestra horriblemente sobreactuado) que dan al traste con todo intento de empatizar con la sensación de terror que supuestamente vive Ángela.
Y es una pena, ya que Bentley demuestra en sus primeros quince minutos de aparición en pantalla que podría haberle dado un transfondo malévolo a su personaje que hiciera más crreíble su inconsciente demencia. A partir del primer enfrentamiento físico, recurre a esa tediosa sensación de locura absurda que lleva a un personaje a realiar acciones de lo más absurdas e imcomprensibles ( ver su reacción depués del incidente con su perro Rocky, realmente imbécil a todas luces), y eso, unido a la plana caracterización de Rachel Nichols (mediocre actriz que se limita a poner cara de susto y que en su carrera jamás demostró un mínimo de capacidad actoral), dejan al espectador una sensación muy tediosa, de distanciamiento mortuorio hacia el nulo interés de la propuesta.
Aún suerte que los elementos técnicos visuales se muestran con bastante personalidad, resultando ciertas escenas un juego de contrastes visuales a tener en cuenta, pero sin llegar a aprovechar del todo el lugar donde acontece la historia, que se daba para múltiples posibilidades y que por contra, cae en los tópicos de este tipo de situaciones (como ya le ocurría a la mediocre Mr. Brooks, otro film que versionaba, para mal, el thriller de personajes reales de finales de los 80, principios de los 90).
Y es que cuando pretendes rodar una historia de noventa minutos dentro de un parking, la construcción de atmósferas y situaciones de tensión deben de ser impecable para resultar efectiva, allí donde otros films recurren a lugares parecidos para crear escenas puntuales de sus historias de terror "Parking 2" se acomoda para mostrarnos como no crear tensión en esta situación puntual prolongada hasta más allá de la hora y media.
De poco sirve que la base de la historia, se diera para dobles lecturas interesantes, ya que evidencia de forma metafórica el aislamiento social y emocional que padecemos en esta sociedad moderna, tan esclava de las tecnologías y que provoca el distanciamiento emocional a la vez que nos aceca al conocimiento superficial.
En ello se encuentra lo más rescatable de "Parking 2", en un contraste evidente de personajes aislados de las emociones, pero por motivos contrarios. Mientras Thomas debe su solitaria vida al aislamiento involuntario, a la emoción reprimida y la autoincomprensión, siendo un ser que ansía la compañia y abandonar la soledad, ängela por su parte, asume su condición de aislamiento, ya que ha elegido el camino del éxito profesional para sepultar todo intento de acercamiento humano, incapaz de mostrar emociones como le ocurre a gran parte de los mayores triunfadores en el ámbito profesional.
La soledad de ambos personajes es lo que sutilmente también les separa, y crea una ambigua descripción de personajes ( y que podría haber sido aún más efectiva, repito, si la labor de Bentley hubiera continuado por el camino que llevaba en sus primeros 15 o 20 minutos), ya que mirándolo con distanciamiento, la ironía hace acto de presencia cuando Thomas solo pretende la compañia de una amiga ( eso si, motivado por una locura exacerbada), mientras ella, en el mejor apunte de toda la historia, desearía durante su reclusión aquello a lo que ha renunciado, la compañía de un ser querido que la echara de menos y al cual acudir en ese instante de peligro. El plano final, repleto de sentido, nos muestra la soledad y el desamparo que vive Ángela, tan solitaria como el demente Thomas.
En definitiva, un film fallido, con aciertos aislados de puesta en escena durante las escenas más violentas, una interesante doble lectura encubierta, pero repleto de tópicos, lugares comunes y una resolución indigna, que hace de la mediocridad su bandera.
Aun que no del todo el espectador se da cuenta de ello, saliendo de la sala de cine con una sensación o el cine, para entretener.







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