
Bertolucci ha sido siempre un enamordo del movimiento de la cámara. En este film combina el movimiento de los personajes con el de la cámara y, en otras ocasiones, aprovecha los grandes especios de la Ciudad Prohibída para hacer que sus personajes, moviendose en direcciones perpendiculares, creen el movimiento de un plano general fijo. El ritmo, tan dificil de mantener en una película de tan larga duranción, se pierde y se recupera con el vaivén de la propia narración.
En definitiva, una gran película donde se destaca también la adecuada sincronización de la música el buen trabajo de la fotografía, que deviene el complemento perfecto de los majestuosos decorados.
El ültimo Emperador recibió nueve premios de la Academia, si bien el año 1988 no fue de un gran nivel, provocando que esta película, sin ser del todo una maravilla, no tubiera apenas rival.
Se cuenta la vida del emperador Pu Yi de forma cronológica, pero alternando eficientes flash-forward, cuando éste ya se encuentra en un centro penitenciario acusado de disidente del comunismo.
Bertolucci sin duda consigue lo que quiere: realizar una superproducción sin perder su esencia, centrándose en la evolución del status del emperador y de la situacion de China más que en la caracterización de personajes.
También se le puede achacar a la director Italiano que su manejo de las cámaras es muy mejorable, su ir y venir distrae más que ayuda. Da la sensación de que esta potencial obra maestra que sin duda provoca orgullo entre los cinéfilos europeos, tiene algunos fallos que no le permiten pasar a la historia del cine como una de las mejores películas jamás realizadas. aparte de las ya mencionadas interpretaciones con claras limitaciones, y el deficiente uso de planos lejanos.
Decepciona que l final no esté correctamente aprovechado. Con todo esto "El ültimo Emperador" es altamente recomendable por su facilidad de llegada a todo tipo de público. Bertolucci ha tenido los ojos bien abiertos, y depués de Novencento, consigue realmente afianzarse en el cine de calidad.
Destacable también la deliciosa banda sonora de David Byrne y Ryuichi Sakamoto (que incluso aparece en la película interpretandoa un diplomático japonés), muy al estilo Nyman.

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